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Al otro lado del espejo - 07 Jul 2007

ÁNGELA MOLINA
El Pais, Babelia 07/07/2007

Trastornar la realidad, afirmar y ramificar el azar, cambiar la economía del pensamiento, las reglas del juego. No sólo Lewis Carroll inventó nuevas e imprecisas normas para juegos conocidos; en una partida de croquet, en Alicia, las bolas son erizos, los mazos flamencos rosas, los aros soldados que no dejan de desplazarse de un lugar a otro de la partida. Sin vencedores ni vencidos. Son juegos pensados que nacen en el inconsciente y que, una vez materializados, dan lugar a la "obra de arte". 

La exposición de joyas y objetos de diseño reunidos en la galería Klimt02 -la primera en España especializada en creaciones de piezas únicas y ediciones limitadas- recuerda que en las hipótesis del azar (seguimos hablando de arte) es posible ver llover en horizontal, y que las técnicas de paso de la realidad al sueño se renuevan constantemente, como en un coup de dés. En Klimt02 reposa la cuarta dimensión del arte, aquella que insiste o subsiste en el cuidado formal de la joya, pero también en su irreductibilidad, en su carácter de acontecimiento. Una verdadera sorpresa. 

La mayoría de los autores que exponen sus trabajos en este nuevo espacio barcelonés proceden de Centroeuropa, especialmente de Alemania y Holanda, países donde el diseño de joyas -desde la Bauhaus- se ha elevado en la frontera, en la bisagra del arte y las regiones donde éste mejor se expresa, la cotidianeidad. En Klimt el visitante puede pasar al otro lado del espejo: Ted Noten diseña bolsos (inútiles) en resina transparente en cuyo interior reposan armas de fuego (eso sí, listas para resistir los fastidiosos detectores de armas y objetos peligrosos de los aeropuertos). Gèsine Hackenberg compra en los mercadillos platos antiguos y los rompe; de los fragmentos crea bellísimas cuberterías. Manon van Kouswijk idea tazas y recipientes imposibles, con apelaciones a las historias fronterizas de Carroll. Las sutiles piezas de Robert Smit remiten al neoplasticismo holandés. La finlandesa Sari Liimatta crea figuras de animales con cabezas de alfileres: la inocencia y la siniestralidad a ambos lados de una misma joya. El japonés Jiro Kamata sabe extraer los efectos más duchampianos de unos simples cristales de gafas de sol. 

De la creación hecha en Cataluña, Leo Caballero y Amador Bertomeu, directores de Klimt02, destacan el trabajo de tres jóvenes artistas, Marc Monzó, Gema Draper y Estela Sáez; esta última conjuga vidrio soplado, resinas, tierra y cuerno de reno para elaborar unos broches que son como fragmentos de un caos. Cada tirada inventa sus reglas.